Santo Domingo Republica Dominicana. Más allá de las victorias que de manera particular puede obtener un lanzador, el éxito del mismo está en las oportunidades que le brinda a su equipo de salir con el triunfo y en la efectividad de su labor cuando está en el montículo, y eso es lo que precisamente ha logrado Maya en su actuación con las Águilas Cibaeñas en el torneo invernal.
El veterano lanzador, quien lidera el cuerpo de abridores de las Águilas, ha realizado tres aperturas en lo que va de contienda, logrando marca de 2-1, que bien podría haber sido de 3-0, pero no recibió el respaldo de la ofensiva en su última salida ante los Toros del Este, en un encuentro en que cubrió cinco entradas de dos carreras y ponchó a dos bateadores, cumpliendo con los estándares de calidad de la liga.
El porcentaje de carreras limpias permitidas de 1.19, que ostenta Maya, muestra lo efectiva que ha sido su labor para los campeones defensores de la Liga Dominicana de Béisbol Profesional.
En tres partidos para los cibaeños, el nativo de Pinar del Río, Cuba, ha transitado 15.1 entradas, en las que apenas ha permitido dos carreras y ha retirado a 10 bateadores por la vía ponche.
En sus tres aperturas, Maya ha promediado cinco o más entradas y menos de dos carreras por aparición, lo que le brinda la facilidad a la ofensiva del conjunto de tener menos presión al momento de producir carreras para ganar un encuentro.
Aunque de manera lógica, un lanzador que acumula victorias, ha contribuido a que su equipo también las conquiste, pero si su porcentaje de carreras limpias permitidas es de 4.00, coloca mayor presión a sus compañeros en encargados de llevar las carreras al plato, ya que deben anotar por lo menos cinco vueltas para poder ganar el encuentro, a diferencia de cuando, como es el caso de Maya, es de 1.19, lo que les permite salir con el triunfo anotando tres carreras o menos.
Al colocar un lanzador en el terreno, un dirigente busca contar con la oportunidad de conquistar la victoria y Maya ha respondido, sin duda alguna, a esa encomienda hasta el momento en el torneo de béisbol dominicano, constituyéndose en una verdadera carta de triunfo.