Luego de que una persona se convierte en fiador no puede renunciar a la fianza, pues si esto fuera posible entonces no tendría sentido la condición de fiador y los fraude estarían a la orden del día; en consecuencia el fiador luego de tomar la decisión de serlo no puede arrepentirse.

El fiador garantiza la deuda más allá de su fallecimiento, pues ella está respaldada con sus bienes; en ese tenor si la deuda no es saldada por el deudor los bienes del fiador fallecido pueden ser tomado para el pago, al aceptar la fianza el fiador se compromete a responder por la obligación del deudor, garantizando el pago con su patrimonio. Es por esto que la fianza no desaparece con la muerte del fiador.

Por: Hidian Medina Casanova