La pandemia del COVID-19 mejor conocido como coronavirus, hemos atravesado socialmente por un camino muy difícil para el desarrollo social y económico de nuestra República.
Para agosto de 2020 ya son casi 9 meses de este mal global según datos ofrecidos por infobae y CNN en Español; y alrededor de 6 meses desde que se descubrió el primer caso importado de coronavirus en nuestro país de acuerdo a datos proporcionados por el Ministerio de Salud Pública de la República Dominicana.
Hemos implementado estrategias importantes como son: la declaración de estado de emergencia, el toque de queda, uso de pruebas para la detección del virus y medicamentos efectivos para la curación de las personas infectadas, pero aún así tenemos un problema mayor y es frenar por completo o al menos aislar en la mayor medida de lo posible el virus.
Independientemente de la fecha de salida de la vacuna contra el coronavirus así como su implementación y logística de aplicación debemos juntos frenar esta pandemia siendo conscientes de las acciones que tomamos en nuestra vida cotidiana.
Factores como la confianza pueden intervenir en el proceso de propagación, pues muchas personas se reúnen y realizan un sinnúmero de actividades que son cruciales para acelerar o detener el virus, tales son: reunirse para almorzar, compartir por la celebración de fechas festivas, la propia interacción laboral, acudir a medios de aglomeración de personas, entre otros.
De presentarse una de las actividades antes mencionadas, tenemos el poder suficiente de frenar el virus accionando con algo clave como es el correcto distanciamiento social; si compartimos en esos escenarios y nos retiramos las mascarillas por unos instantes, es de vital importancia que guardemos una distancia prudente respecto a quiénes nos acompañan pues con estas acciones promoveremos que el virus no infecte a más personas ni se propague a través de nuestros atuendos ni pertenencias.
Estamos en un momento en el que nuestra sociedad nos necesita y es esencial que todos pongamos de nuestra parte para evitar sufrir más pérdidas humanas.
Evitemos hacer caso omiso a las exhortaciones de lugar que nos hacen nuestra autoridades competentes en los temas sanitarios y de salud pues es la garantía de que salgamos pronto de esta crisis que tanto daño le ha hecho a nuestro pueblo.
Es cierto que debemos vivir con el virus entre nosotros pero procuremos colocar de por medio la prudencia ante nuestros actos y decisiones a la hora de compartir con nuestros allegados y relacionados.