Santo Domingo República Dominicana. Es Notorio que desde años de gobiernos que no han logrado un salto en el desarrollo del país, toda vez que este se mide por el desarrollo humano, a pesar de que las «calificadoras de riesgo» y otros tipos de entidades que miden el crecimiento quieran hacer creer lo contrario.

Ladrillo, carreteras para rodar 4×4 sin desarrollar ferrocarriles, aulas sin calidad en la educación, turismo que crean zonas aledañas de pobreza, minería que permite se lleven casi todo lo extraído, ríos secos, torres levantadas sin control, parque vehicular obsoleto y descontrolado y un ciudadano que lo mismo viola la luz roja que asalta un cambio de cervezas accidentado en vez de socorrer, es de las grandes debilidades de la sociedad creada en «democracia».

La llegada de un gobierno gracias a un descontento popular por el alto grado de corrupción y la rampante impunidad permitió «subir» funcionarios buenos y otros que en parte constituyen un pasado corrupto y obsoleto, como los que le precedieron.

Aun cuando la conciencia social logró avances, los partidos y sus discursos se centran en «quién hizo obras» y «quién ayudó más» sin entender que el desarrollo humano no permite a República Dominicana ser mínimamente independiente, exceptuando algunos tópicos, sobre todo, agrícolas que merecen no pertenecer a generalización alguna.

Muchas leyes en la República Dominicana no concluyen su aprobación gracias a la composición compleja cuasi cómplice del pasado que fue elegida y la aplicación de lo resolutado demora gracias a los funcionarios que ella misma tesitura actúan desde el ejecutivo.

El verdadero cambio en el país vendrá dado el día que las mentalidades de «falso desarrollo» abandonen las castas que guían los destinos del país y al fin se planifique el desarrollo colocando al ser humano primero y no a las dádivas entregadas a la pobreza y los paisajes repletos de apartamentos sin árboles y con problemas para hacerles llevar agua porque los ríos se secaron.

Los que están hoy deben aprender a salir de la noria infinita del modelo consumista y los que aspiran a competir entender que lo «gobernado» trajo estos desastres que solo se pueden mirar desde arriba como si fuera un New York chiquito.

comentarios #aloclaro @fdo_buitrago Fernando Buitrago