Santo Domingo Republica Dominicana. Si los partidos logran doblegar a la Junta Central Electoral en cuanto a la propaganda, las vallas y las marchas, la institución quedará debilitada y desprestigiada, incapaz de afirmar su autoridad en los conteos y en el resto del proceso electoral.
No es aceptable que el órgano legalmente designado e independiente encargado de garantizar el proceso electoral termine siendo considerado una «mujiganga» o un niño abusado en la escuela, a merced de los intereses partidistas.
Los partidos de oposición desafían y, con ello, desacreditan a la Junta, negando su capacidad de asegurar la transparencia. Si en una situación como esta no pueden demostrar su autoridad, si en este simple episodio flaquean y se rinden, agregarán un capítulo más al penoso historial de la institución que debería ejercer un control firme sobre los poderes políticos dominantes.
En el pasado, la Junta Electoral se vio forzada a abandonar el intento de implementar el «voto electrónico» debido a acusaciones de complicidad y falta de valentía. Hasta la fecha, nadie parece interesado en investigar lo sucedido ni en buscar responsables.
Los partidos no sienten temor hacia la Junta, los candidatos la ridiculizan y la influencia actual de esta entidad está amenazada. El resultado de esta encrucijada determinará si el próximo evento crucial, el «Día D», se convierte en un caos. Aquellos que hoy buscan burlarse de la Junta son los mismos que históricamente intentarán socavar el voto popular mediante artimañas y trampas. La única forma de contenerlos es a través de la disciplina, aunque hasta el momento la Junta ha ofrecido pocas pruebas de ser capaz de imponerla.
@Fdo_Buitrago