El tema no es si Luis Abinader lo hace mal o lo hace bien, si sus Gabinete de Funcionario trabajan o ayudan al Presidente hacer una gestión decente y sin que los señalen

Santo Domingo Republica Dominicana. aun cuando se hable si el Presidente Luis Abinader Corona hace buen Gobierno o mal Gobierno o se sienta que no tiene muchas personas de confianza al lado, presente la necesidad de cambiar con urgente y todos se preguntaran por que No cambian esos Ministro que estan empañando al Gobierno, por que no Quita al ministro de Educación, que no tenga justificación para no haber removido a Neney Cabrera del PROPEEP, pues a Adan Peguero lo mando a «pijamas» por menos, o que no pueda saber el que la voz popu dice que las botellas para dirigentes medios está «caminando» o peor, que no suelta el celular en los actos públicos haciendo caso omiso a quien tiene el uso de la palabra… no, el actual presidente llego en Pandemia y gobierna en medio de la peor crisis estructural que el mundo conociera después de la segunda guerra mundial que amenaza con ponerse peor… ya habrá tiempo de evaluar su desempeño que por más matices de «cambio» se nota demasiado el refajo y al partido, verdaderas fracturas.

No olvida que a Luis Abinader lo «sube» la Marcha Verde que fue coronada al final con la movilización en la Plaza de las Banderas por unas elecciones que se suspendieron y que no han sido investigadas por institución alguna, tirando, como una falta de respeto histórica, millones de pesos al zafacón, situaciones que solo se ven en R.D.

Todos los eventos de lucha contra la Corrupción y la rampante impunidad con que se manejaron los gobiernos morados y los «anteriores o intercalados» de otros colores durante tantos años permitieron que Luis Abinader fuera hoy presidente de un gobierno que, hasta cierto punto, de ser un Partido Revolucionario Dominicano a sabiendas de que paso hacer su gran Militanci, Partido Revolucionario Moderno ya ni revolucionario es, ha tratado de introducir cambios, algunos de ellos, muy cosméticos otros, profundos.

Sin embargo, cuando vemos los discursos de los aspirantes por el PLD a gobernar e incluso, su presidente y secretario general, o cuando hacemos zapping y escuchamos lo que dice el líder del «nuevo partido» de color verde, enunciando las formas de combatir la inseguridad luego de haber gobernado el país por 12 años y haber hecho lo mismo, poco o nada sobre el tema, solo queda apretar los dientes y mirar al cielo para encontrar desde que nube nos miran como pueblo, cuando solo con googlear e incluso, sin analizar, se nota todo.

República Dominicana posee el malvado sistema de las AFP funcionando, rechazadas en el mundo entero, el muerto como comercio, mientras que las ARS nos tratan como productos, no como pacientes, sin que los legisladores que fueron casi eterna mayoría pudieren reformar el sistema, humanizarlo más, y no llegar a consolidar ambos sistemas convirtiendo los servicios sociales en corporaciones de ganar dinero con la dignidad humana.

El PLD (+FP) desmontó Moral y Cívica y no la repuso jamás. Leonel Fernández creyó que el desarrollo venía de las Universidades y no de la formación primaria, produciendo una generación de profesionales con un grado importante de faltas de ortografía, mientras que es sabido el nivel bochornoso de déficit de aprendizaje que, en tantos años, no supieron superar.

La Educación en República Dominicana liderea el sótano de los países peor educados del mundo, sin que tantos planes funcionaran para nada, mientras que la revolución digital del último periodo gastaba cientos de millones en tablets y otros tecnológicos aparatos que no sirvieron para nada.

En República Dominicana hay terrenos que poseen hasta 6 títulos, porque el nivel de corrupción ha sido incontrolado, sin que desde esquina alguna, ni desde el legislativo ni el ejecutivo se ocuparan o preocuparan de ello y se retrasara crudamente la Ley de Ordenamiento Territorial, porque la forma ha sido tratar de demorar lo más que se pueda lo verdaderamente necesario para el país.

Si bien se construyeron metros, teleférico y carreteras, estas se llenaron de irregulares casas a ambos lados que desnudaban la falta de institucionalidad, siendo la invasión de tierras uno de los negocios más rentables que, además, ha permitido el reparto de la corrupción a nivel nacional siendo hoy imposible saber a quién pertenece cada montaña secuestrada por poderosos, o las mejores tierras de cultivo.

La Ley de Partidos la aprobaron cuando no podían demorarla más, por ello pactaron, en un «salón a oscuras», con los que hoy gobiernan para aprobar un «adefesio» que les permite mantener el status cuo y cercena derechos fundamentales de asociación limitando la capacidad de competir.

Si el nivel educativo hoy no es bueno, si el sistema de salud hoy no sirve, si la seguridad ciudadana cuenta con una policía ineficiente, no tecnificada, sin tecnología, que usa los mismos métodos de antaño, que toca la corneta cuando el «jefe» (director) llega a la institución, ¿culpa de quién es?.

El país está repleto de emigrantes ilegales que no llegaron ayer, manejados por las mafias del contrabando, de personas que durante muchos años actuaron y actúan impunemente, que traen a embarazadas y se las llevan, utilizando los recursos del estado dominicano o colocaban a mujeres con niños alquilados en las esquinas para pedir.

Este descontrol es hija de gobiernos que hicieron poco, o nada, un proceso de ordenar el país que a pocos importó e importa, «resolviendo» con un populista muro solicitado por los grupos más ultras que tampoco quieren resolver lo que les mantiene el discurso.

Desde toda la mala política imperante y la manipulación del relato creado para mantener a las masas colocándose entre si las culpas en vez de entender que un pais sin desarrollo del ser humano siempre será un país pobre, los medios como garantes del pésimo discurso y la no petición de culpabilidad por el desgobierno imperante de un país latino, caribeño, mandado por mentes modeladas en «ingles» que confunden Naco con el Down Town, se pronostica que la no toma de conciencia será, ahora que parte de los que reclamaron en las calles se sumaron al cambio cosmético sin profundidad estructural, porque parches fuimos y parches somos, a nadie se le ocurre tener un grado de humildad y asumir culpas para luego, sobre ello, reconducirse sino se apela, siempre con aplausos complacientes o anciosos de recuperar lo perdido, a decir lo mismo que ayer solo que ahora con un drone en la cabeza y cientos de celulares reproduciendo gratis discursos refritos, copia y pega de antaño, «soy la esperanza, los otros son malos».

En un país pendiente donde todos miran unas elecciones y no las noticias, donde el petróleo puede subir hasta 150 dólares el barril, es claro que los que gobiernan se lancen a una reelección en medio del camino del «hacer algo» frente a los que ya pasaron y creyeron que el país se construía no con educación, deportes, salud, dignidad, cultura, sino que con carreteras para ser vistas desde un helicóptero, ausente de sudor y manos callosas.